Transcranial magnetic stimulation for multiple sclerosis patients
2023
MEDICINA FÍSICA Y REHABILITACIÓN, NEUROLOGÍA, PSICOLOGÍA CLÍNICA
TEC. SANITARIA. EXCLU. MED.
INFORMES DE EVALUACIÓN
- + Año
-
2023
- + Áreas de Conocimiento
-
MEDICINA FÍSICA Y REHABILITACIÓN, NEUROLOGÍA, PSICOLOGÍA CLÍNICA
- + Tipo Tecnología
-
TEC. SANITARIA. EXCLU. MED.
- + Línea de Producción
-
INFORMES DE EVALUACIÓN
Se ha evaluado la efectividad clínica y la seguridad de la estimulación magnética transcraneal (EMT) en el tratamiento de pacientes diagnosticados de esclerosis múltiple (EM) mediante una revisión sistemática de la literatura. No encontramos diferencias significativas entre la EMT y la estimulación simulada en términos de mejora de la espasticidad, fatiga o calidad de vida. Los análisis cualitativos de otras variables secundarias (discapacidad general, función cognitiva, y sintomatología depresiva y vesical) tampoco revelaron diferencias significativas entre ambas intervenciones. En cuanto a la seguridad, la EMT fue bien tolerada y no se asoció a eventos adversos con repercusión clínica importante. Se necesita más investigación sobre el seguimiento a largo plazo de estos pacientes.
Introducción:
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica que se caracteriza por la inflamación, desmielinización y cambios degenerativos del sistema nervioso central. El espectro de síntomas que surge a medida que avanza la enfermedad puede generar problemas de discapacidad física progresiva que progresan con el tiempo. La estimulación magnética transcraneal (EMT) es un procedimiento no invasivo que puede desempeñar un papel importante en el tratamiento de la EM.
Objetivo:
Evaluar la efectividad clínica y la seguridad de la EMT en el tratamiento de pacientes diagnosticados de EM.
Metodología:
Para identificar estudios relevantes se desarrollaron estrategias de búsqueda específicas y se consultaron las siguientes bases de datos electrónicas: Ovid MEDLINE, EMBASE, Cochrane Central Register of Controlled Trials, International Clinical Trials Registry Platform, ClinicalTrials.gov, International Network of Agencies for Health Technology Assessment, Physiotherapy Evidence Database y Science Citation Index expanded. Se incluyeron ensayos clínicos publicados en cualquier idioma, que analizaran el efecto de la EMT sobre desenlaces motores (espasticidad y destreza manual) y no motores (fatiga y calidad de vida) en personas con diagnóstico de EM frente a una intervención control. Dos revisores independientes llevaron a cabo la selección de los estudios y la extracción de los datos relevantes, a la vez que evaluaron el riesgo de sesgo mediante la herramienta Cochrane Collaboration´s Risk of Bias (versión 2) para ensayos clínicos. Siempre que fue posible, se realizó un metanálisis de los efectos del tratamiento utilizando un modelo de efectos aleatorios y se estimó la heterogeneidad estadística. Se utilizó la herramienta GradePro para valorar la calidad de la evidencia.
Resultados:
Se incluyeron 15 ensayos con un total de 352 pacientes, publicados entre 2007 y 2021 y realizados en 9 países a nivel mundial. A excepción de tres ensayos pseudoaleatorizados y dos ensayos de tipo cruzado, el diseño del resto de estudios fue el de ensayo clínico aleatorizado de grupos paralelos. La edad media de los participantes osciló entre los 23 y los 52 años y con puntuación media a la Expanded Disability Status Scale para el estado funcional de los pacientes de 5,5 (± 1,8) puntos. Nueve ensayos analizaron los efectos de la EMT repetitiva y seis de ellos Informes, estudios 18 e investigación los resultados de la estimulación de ráfagas theta intermitente (ERTi), en comparación con estimulación simulada y/o con otras intervenciones alternativas. El tiempo total de aplicación de la estimulación varió entre los 15 y 45 minutos por sesión. Como resultado, no encontramos diferencias significativas entre la EMT y la simulación en términos de espasticidad, ya fuera medida con la Modified Ashworth Scale (MAS) inmediatamente tras la intervención. a corto y largo plazo, o medida con el índice de amplitud H/M a corto plazo (calidad de la evidencia muy baja). En relación al tiempo medio necesario para completar la prueba Peg Board Task, evidencia de baja calidad mostró un gran efecto inmediatamente después de finalizar el tratamiento a favor de la EMT, aunque estas diferencias no se mantuvieron a corto plazo. En términos de fatiga medida con la escala Fatigue Severity Scale (FSS), no encontramos diferencias significativas ni a corto (calidad de la evidencia muy baja) ni a largo plazo (calidad de la evidencia baja). Los resultados narrativos de un único estudio mostraron una mejora significativa de la capacidad de equilibrio y marcha medida con Tinneti Balance and Gait scale (TBG) a corto plazo a favor del grupo tratado con EMT en comparación con el sometido a simulación. En términos de calidad de vida medida con el cuestionario Multiple Sclerosis Quality of Life (MSQoL), un estudio no encontró diferencias significativas entre el tratamiento con EMT y la simulación a corto plazo en el dominio mental del cuestionario, aunque sí fueron significativas en el dominio físico (calidad de la evidencia muy baja). La ausencia de un número suficiente de estudios imposibilitó la realización de los análisis de los subgrupos predeterminados. Los análisis de sensibilidad excluyendo aquellos estudios con alto riesgo de sesgo, revelaron resultados similares a los del análisis general. El análisis cualitativo de las variables secundarias no reveló diferencias significativas entre el tratamiento de EMT y simulación en términos de discapacidad general, función cognitiva, y sintomatología depresiva y vesical. La EMT fue bien tolerada y no asociada a eventos adversos con repercusión clínica importante, siendo los más comunes la cefalea, la sensación de parestesias o dolor en miembros y la sensación de piernas inquietas o espasticidad durante la noche. Son necesarios más estudios con métodos rigurosos que minimicen los riesgos de sesgo y proporcionen un seguimiento a más largo plazo.
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica que se caracteriza por la inflamación, desmielinización y cambios degenerativos del sistema nervioso central. El espectro de síntomas que surge a medida que avanza la enfermedad puede generar problemas de discapacidad física progresiva que progresan con el tiempo. La estimulación magnética transcraneal (EMT) es un procedimiento no invasivo que puede desempeñar un papel importante en el tratamiento de la EM.
Objetivo:
Evaluar la efectividad clínica y la seguridad de la EMT en el tratamiento de pacientes diagnosticados de EM.
Metodología:
Para identificar estudios relevantes se desarrollaron estrategias de búsqueda específicas y se consultaron las siguientes bases de datos electrónicas: Ovid MEDLINE, EMBASE, Cochrane Central Register of Controlled Trials, International Clinical Trials Registry Platform, ClinicalTrials.gov, International Network of Agencies for Health Technology Assessment, Physiotherapy Evidence Database y Science Citation Index expanded. Se incluyeron ensayos clínicos publicados en cualquier idioma, que analizaran el efecto de la EMT sobre desenlaces motores (espasticidad y destreza manual) y no motores (fatiga y calidad de vida) en personas con diagnóstico de EM frente a una intervención control. Dos revisores independientes llevaron a cabo la selección de los estudios y la extracción de los datos relevantes, a la vez que evaluaron el riesgo de sesgo mediante la herramienta Cochrane Collaboration´s Risk of Bias (versión 2) para ensayos clínicos. Siempre que fue posible, se realizó un metanálisis de los efectos del tratamiento utilizando un modelo de efectos aleatorios y se estimó la heterogeneidad estadística. Se utilizó la herramienta GradePro para valorar la calidad de la evidencia.
Resultados:
Se incluyeron 15 ensayos con un total de 352 pacientes, publicados entre 2007 y 2021 y realizados en 9 países a nivel mundial. A excepción de tres ensayos pseudoaleatorizados y dos ensayos de tipo cruzado, el diseño del resto de estudios fue el de ensayo clínico aleatorizado de grupos paralelos. La edad media de los participantes osciló entre los 23 y los 52 años y con puntuación media a la Expanded Disability Status Scale para el estado funcional de los pacientes de 5,5 (± 1,8) puntos. Nueve ensayos analizaron los efectos de la EMT repetitiva y seis de ellos Informes, estudios 18 e investigación los resultados de la estimulación de ráfagas theta intermitente (ERTi), en comparación con estimulación simulada y/o con otras intervenciones alternativas. El tiempo total de aplicación de la estimulación varió entre los 15 y 45 minutos por sesión. Como resultado, no encontramos diferencias significativas entre la EMT y la simulación en términos de espasticidad, ya fuera medida con la Modified Ashworth Scale (MAS) inmediatamente tras la intervención. a corto y largo plazo, o medida con el índice de amplitud H/M a corto plazo (calidad de la evidencia muy baja). En relación al tiempo medio necesario para completar la prueba Peg Board Task, evidencia de baja calidad mostró un gran efecto inmediatamente después de finalizar el tratamiento a favor de la EMT, aunque estas diferencias no se mantuvieron a corto plazo. En términos de fatiga medida con la escala Fatigue Severity Scale (FSS), no encontramos diferencias significativas ni a corto (calidad de la evidencia muy baja) ni a largo plazo (calidad de la evidencia baja). Los resultados narrativos de un único estudio mostraron una mejora significativa de la capacidad de equilibrio y marcha medida con Tinneti Balance and Gait scale (TBG) a corto plazo a favor del grupo tratado con EMT en comparación con el sometido a simulación. En términos de calidad de vida medida con el cuestionario Multiple Sclerosis Quality of Life (MSQoL), un estudio no encontró diferencias significativas entre el tratamiento con EMT y la simulación a corto plazo en el dominio mental del cuestionario, aunque sí fueron significativas en el dominio físico (calidad de la evidencia muy baja). La ausencia de un número suficiente de estudios imposibilitó la realización de los análisis de los subgrupos predeterminados. Los análisis de sensibilidad excluyendo aquellos estudios con alto riesgo de sesgo, revelaron resultados similares a los del análisis general. El análisis cualitativo de las variables secundarias no reveló diferencias significativas entre el tratamiento de EMT y simulación en términos de discapacidad general, función cognitiva, y sintomatología depresiva y vesical. La EMT fue bien tolerada y no asociada a eventos adversos con repercusión clínica importante, siendo los más comunes la cefalea, la sensación de parestesias o dolor en miembros y la sensación de piernas inquietas o espasticidad durante la noche. Son necesarios más estudios con métodos rigurosos que minimicen los riesgos de sesgo y proporcionen un seguimiento a más largo plazo.
Introduction:
Multiple Sclerosis (MS) is a chronic neurological disease characterized by inflammation, demyelination, and degenerative changes in the central nervous system. The spectrum of symptoms that arises as the disease progresses generates problems of progressive physical disability and social reintegration worsening over time. Transcranial magnetic stimulation (TMS) is a non-invasive procedure that may play an important role in treating MS.
Objective:
To assess the clinical effectiveness and safety of TMS in the treatment of patients diagnosed with MS.
Method:
To identify relevant studies, we developed specific search strategies, and we consulted the following electronic databases: Ovid MEDLINE, EMBASE, Cochrane Central Register of Controlled Trials, International Clinical Trials Registry Platform, ClinicalTrials.gov, International Network of Agencies for Health Technology Assessment, Physiotherapy Evidence Database and Science Citation Index Expanded. We included clinical trials published in any language, analyzing the effect of TMS on motor (spasticity and manual dexterity) and non-motor (fatigue and quality of life) outcomes in people with a diagnosis of MS compared to a control intervention. Two independent reviewers carried out study selection and relevant data extraction while assessing the risk of bias using the Cochrane Collaboration’s Risk of Bias tool (version 2) for clinical trials. Wherever possible, a meta- analysis of treatment effects was performed using a random-effects model, and we estimated statistical heterogeneity. The GradePro tool was used to assess the quality of the evidence.
Results and conclusions:
We included 15 trials with 352 patients, published between 2007 and 2021 and conducted in 9 countries worldwide. Except for three pseudo-randomized and two crossover trials, the design of the remaining studies was a parallel-group randomized clinical trial. The mean age of the participants ranged from 23 to 52 years, with a mean score on the Expanded Disability Status Scale for the functional status of the patients of 5.5 (± 1.8) points. Nine trials analyzed the effects of repetitive TMS, and six of them examined the results of intermittent theta-burst stimulation, compared with sham stimulation and/or other alternative interventions. The total time of application of the stimulation varied between 15 and 45 minutes per session. As a result, we did not find significant differences between TMS and simulation in terms of spasticity, either measured with the Modified Ashworth Scale (MAS) immediately after the intervention and in the short-term and long-term or measured with the H / M amplitude index in the short-term (quality of evidence very low). In terms of mean time needed to complete the Peg Board Task, low-quality evidence showed a large effect immediately after treatment in favour of TMS, although these differences were not maintained in the short term. However, these differences were not maintained in short term (quality of evidence very low). Regarding fatigue measured with the FSS scale, we did not find significant differences in short- term (quality of evidence very low) or long-term (quality of evidence low). Narrative results from a single study showed a significant improvement in Tinneti Balance and Gait scale (TBG)-measured balance and gait ability in short term favouring the EMT-treated group compared to the sham-treated group. In terms of quality of life measured with the Multiple Sclerosis Quality of Life (MSQoL) questionnaire, one study found no significant differences between treatment with TMS and short-term simulation in the mental domain of the questionnaire, although they were significant in the physical domain (quality of evidence very low). The absence of a sufficient number of studies made it impossible to perform the predetermined subgroup analyzes. Sensitivity analyzes excluding those studies with a high risk of bias revealed results similar to those of the general analysis. The qualitative analysis of the secondary variables did not show significant differences in terms of general disability, cognitive function, depression and bladder symptoms between TMS treatment and simulation. TMS was well tolerated and not associated with adverse events with significant clinical repercussions. The most common adverse events were headache, paresthesia or pain in the limbs and the sensation of restless legs or spasticity at night. More studies are needed with rigorous methods that minimize risks of bias and provide longer-term follow-up.
Multiple Sclerosis (MS) is a chronic neurological disease characterized by inflammation, demyelination, and degenerative changes in the central nervous system. The spectrum of symptoms that arises as the disease progresses generates problems of progressive physical disability and social reintegration worsening over time. Transcranial magnetic stimulation (TMS) is a non-invasive procedure that may play an important role in treating MS.
Objective:
To assess the clinical effectiveness and safety of TMS in the treatment of patients diagnosed with MS.
Method:
To identify relevant studies, we developed specific search strategies, and we consulted the following electronic databases: Ovid MEDLINE, EMBASE, Cochrane Central Register of Controlled Trials, International Clinical Trials Registry Platform, ClinicalTrials.gov, International Network of Agencies for Health Technology Assessment, Physiotherapy Evidence Database and Science Citation Index Expanded. We included clinical trials published in any language, analyzing the effect of TMS on motor (spasticity and manual dexterity) and non-motor (fatigue and quality of life) outcomes in people with a diagnosis of MS compared to a control intervention. Two independent reviewers carried out study selection and relevant data extraction while assessing the risk of bias using the Cochrane Collaboration’s Risk of Bias tool (version 2) for clinical trials. Wherever possible, a meta- analysis of treatment effects was performed using a random-effects model, and we estimated statistical heterogeneity. The GradePro tool was used to assess the quality of the evidence.
Results and conclusions:
We included 15 trials with 352 patients, published between 2007 and 2021 and conducted in 9 countries worldwide. Except for three pseudo-randomized and two crossover trials, the design of the remaining studies was a parallel-group randomized clinical trial. The mean age of the participants ranged from 23 to 52 years, with a mean score on the Expanded Disability Status Scale for the functional status of the patients of 5.5 (± 1.8) points. Nine trials analyzed the effects of repetitive TMS, and six of them examined the results of intermittent theta-burst stimulation, compared with sham stimulation and/or other alternative interventions. The total time of application of the stimulation varied between 15 and 45 minutes per session. As a result, we did not find significant differences between TMS and simulation in terms of spasticity, either measured with the Modified Ashworth Scale (MAS) immediately after the intervention and in the short-term and long-term or measured with the H / M amplitude index in the short-term (quality of evidence very low). In terms of mean time needed to complete the Peg Board Task, low-quality evidence showed a large effect immediately after treatment in favour of TMS, although these differences were not maintained in the short term. However, these differences were not maintained in short term (quality of evidence very low). Regarding fatigue measured with the FSS scale, we did not find significant differences in short- term (quality of evidence very low) or long-term (quality of evidence low). Narrative results from a single study showed a significant improvement in Tinneti Balance and Gait scale (TBG)-measured balance and gait ability in short term favouring the EMT-treated group compared to the sham-treated group. In terms of quality of life measured with the Multiple Sclerosis Quality of Life (MSQoL) questionnaire, one study found no significant differences between treatment with TMS and short-term simulation in the mental domain of the questionnaire, although they were significant in the physical domain (quality of evidence very low). The absence of a sufficient number of studies made it impossible to perform the predetermined subgroup analyzes. Sensitivity analyzes excluding those studies with a high risk of bias revealed results similar to those of the general analysis. The qualitative analysis of the secondary variables did not show significant differences in terms of general disability, cognitive function, depression and bladder symptoms between TMS treatment and simulation. TMS was well tolerated and not associated with adverse events with significant clinical repercussions. The most common adverse events were headache, paresthesia or pain in the limbs and the sensation of restless legs or spasticity at night. More studies are needed with rigorous methods that minimize risks of bias and provide longer-term follow-up.